Las pirámides de China, en particular las que se encuentran cerca de Xi’an, en la provincia de Shaanxi, han sido durante mucho tiempo descartadas como meros túmulos funerarios para emperadores.
Pero esa explicación se desmorona cuando se analiza en profundidad.
Estas enormes estructuras, construidas con precisión, son miles de años anteriores a las dinastías Han y Tang, y algunas estimaciones sitúan su origen entre 8.000 y 10.000 años atrás.
Las versiones oficiales afirman que fueron construidas para la realeza, pero no se han encontrado artefactos ni restos funerarios significativos en las más grandes y misteriosas.
En cambio, lo que vemos es un patrón global… una civilización obsesionada con las estructuras piramidales, perfectamente alineadas con los cuerpos celestes.
No son simplemente tumbas; eran centros de poder, observatorios o algo mucho más avanzado. Quién sabe…
Las antiguas leyendas chinas incluso insinúan que hubo una época en la que “los hijos del cielo” descendieron de las estrellas para gobernar a la humanidad y guiar a la civilización china primitiva.
El Bai Ze Tu, un antiguo texto, describe a gobernantes celestiales que gobernaron desde la Tierra antes de desaparecer.
Su orientación… coincidiendo con los puntos cardinales y alineándose con sistemas estelares como Orión y Draco… refleja las Grandes Pirámides de Egipto.
Si eran simplemente montículos de tierra, ¿por qué siguen el mismo modelo cósmico que se encuentra en todo el mundo?
La verdad es que estas estructuras no encajan en la cronología aceptada de la historia, y cuanto más las cuestionamos, más claro se vuelve: son mucho más antiguas y significativas de lo que nos han hecho creer.